Y es que muchas veces diseñamos un rol en vivo, se organiza con el trabajo que conlleva, y luego no se documenta. Nos pasa a casi todos los organizadores. A mí, por ejemplo, porque suelo estar ya saturado de trabajo como para ir documentando los pasos, aunque voy a intentar cambiarlo y documentar algún evento.
No basta con las fotos. Las fotos están muy bien (menos esas en las que, contra todo buen gusto, los participantes se hacen junto a coches o dentro de las habitaciones en lugar de buscar los lugares apropiadamente decorados, o en las que aparecen claramente posando como si estuvieran en una fiesta de disfraces), pero sólo con ellas no es suficiente.
