jueves, 12 de enero de 2012

Niveles de realidad


Delimitar claramente los niveles de realidad resulta un problema. Ocurre cuando un acontecimiento que sería extraordinario para los personajes es esperado por los participantes, que le dan un tratamiento mundano o reaccionan a ello como si fuera rutinario en sus vidas. 

Por ejemplo, cuando el curtido veterano que es sanado por un milagro que lo trae desde las puertas de la muerte a un estado saludable no tiene un shock por ello o siente devoción, sino que es "una curación más". O cuando se participa en un evento basado en la obra de H. P. Lovecraft ya se espera la atmósfera, y yace la tentación para quien conoce al dedillo al autor el presumir de sus conocimientos identificando seres espantosos, en lugar de estar horrorizado y al borde de un colapso nervioso. 

Estas situaciones se repiten porque los participantes tienen muy claros los niveles de realidad. La ficción les aparece como algo artificial que, sin embargo, vienen a experimentar porque es distinto a sus vidas cotidianas. De manera inconsciente o a veces (tristemente) consciente, muchos establecen barreras de incredulidad a su alrededor durante los eventos. Esto conduce a una experiencia tibia, a medias... pero hay a quien eso le basta y está cómodo con ello.

Para exprimir bien las experiencias que puede ofrecer un rol en vivo los organizadores pueden acudir a la confusión de niveles de realidad: planear situaciones o personajes que diluyan las barreras de incredulidad. No estamos hablando de lanzar rayos por las manos (aunque hay organizaciones que son realmente espectaculares en el apartado de efectos especiales) ni otros efectos pirotécnicos, sino de transmitir una atmósfera, una impresión, ayudados por momentos de inmersión extrema. Siguen algunos ejemplos.

Como participante sé que cierto grupo inquietante en un evento no es real y algunos de sus componentes los interpretan mis amigos, pero cuando actúan bien integrados, como poseídos y en trance, sin reírse o hacer bromas, hay un momento de duda. Como participante sé que la magia no existe, pero cuando una serie de casualidades se sucede con un patrón común (aunque la organización lo haya preparado), hay un momento de duda. Como participante no creo en bosques encantados, pero cuando he de atravesar durante una noche de luna llena unos árboles antiguos y escucho sonidos intranquilizadores, hay un momento de duda. Como participante sé que esa persona a la que lloramos no ha muerto de verdad, pero cuando alguien canta de manera sentida en su funeral y alguien incluso llora, hay un momento de duda.

Cuando con situaciones así se logra engañar al censor mental del participante, hay un momento en el que todo es posible y entonces vive como algo real la situación. Es la clase de situaciones de las que la gente habla durante años, pero todo este esfuerzo no vale de nada si el participante se empeña en bloquear cualquier intento, así que es necesario que quiera colaborar en alguna medida. 

Emplear estas técnicas no equivale a mantener o confundir la realidad ficticia más allá del evento, o a seguir con ello si hay cualquier tipo de peligro. Lo más sano es dejar claro cuando ha finalizado la experiencia y hacer una puesta en común relajada y amigable. 

Así que, en el próximo rol en vivo al que asistas, permítete abrirte a esas situaciones que desdibujen los niveles de realidad. Y en el próximo que organices, piensa en cómo facilitar que se dé alguna. Los participantes te lo agradecerán.

6 comentarios:

  1. No puedo evitar recordar una situación que se me planteó y que es hasta la fecha la más inmersiva en la que me he encontrado.

    La situación era mala para sentirme inmerso en un rol en vivo, Veredicto de Teiwaz, que estaba planteado como inmersivo y donde se cuidaban mucho los detalles: la víspera había sido la despedida de soltero de un buen amigo y al gran cansancio del viaje y sueño (había mal-dormido cuatro horas con una resaca considerable) se unía el recuerdo del día anterior. Para colmo, tener que interpretar a un personaje narcoléptico resultaba de lo más irónico (aún no sé cómo no acabó siendo de verdad alguna de las cabezadas -poco faltó-).

    Sin embargo, en un momento determinado de la partida lo consiguieron. Reunidos en una casa en medio de una tormenta, había empezado a morir gente. En determinado momento, los masters me dijeron que tenía que trasladarme a otro sitio para una determinada escena (no había otra forma, ciertamente). Una vez allí, me encontré en una estancia que no había visto -ni sabía que estaba- muy distinta de la situación en la que me encontraba. De una forma bastante creíble representaba la habitación de un hospital y una cama en la que me pusieron simulando estar enganchado a lo que pretendían ser una máquina y una bolsa de suero. Desde mi posición tumbado en la camilla de hospital con los cables que salían de mi cuerpo, las sábanas y los dos enfermeros, la situación parecía completamente real.

    La descripción narrada tuvo que hacer el pequeño resto de que me sentía dentro de un cuerpo mucho mayor que mi personaje con la piel significativamente más anciana y deteriorada.

    Y entonces, comenzó. Mi personaje se despertó y vi (hasta entonces no los había visto) a todos aquellos que habían muerto y, ante mi obvia estupefacción, me contaron que era un asesino en serie que, reunido de amigos y colaboradores, le estaban sometiendo a un tratamiento experimental para que desapareciese su personalidad asesina de entre sus múltiples personalidades, que su/mi mente había creado basada en todas las personas que conocía (sí, suena a cierta película que no citaré por no hacer spoiler y sí, en aquel entonces ya la había visto). Eso era la realidad y lo otro que había jugado hasta entonces era la mente del asesino.

    Como idea organizativa era muy buena: los que "habían muerto" y, de hecho, salían de la partida, realmente habían pasado a jugar otra partida. Pero lo que realmente me llamó la atención es que durante unos minutos me sentí en la piel de la personalidad que despertaba y le decían que era un asesino, sorprendido de ver a unos colegas que creía cruelmente asesinados vivos y en la cama de un hospital. Sentirme por una vez en una situación que además me era familiar (el referente de la película) y que en alguna ocasión había aparecido por mis sueños/pesadillas resultó una de las experiencias más inmersivas que he tenido de rol en vivo hasta la fecha.

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  2. Gracias por compartir tu experiencia, José Luis.

    Por lo que me han comentado algunos amigos, en Teiwaz gustaban bastante de jugar con los niveles de realidad. Es algo que siempre merece la pena y proporciona experiencia distintas a las habituales, aunque no es para todos los paladares.

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  3. No acabo de entender la propuesta. El objetivo de cualquier ReV inmersivo, por supuesto, es llegar a esa "suspension of disbelief", pero no veo qué propones para conseguir llegar a ella.

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  4. La propuesta es fomentar en cualquier rol en vivo la confusión de los niveles de realidad.

    No es una única receta, porque cada rol en vivo concreto tiene sus casos, momentos y métodos posibles, y por eso expongo algunos ejemplos. Hay que estar alerta para identificarlos de forma que se maximice esa suspensión de la incredulidad. La propuesta es más un principio que ha de guiar el diseño de los eventos que quieren ir un paso más allá.

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  5. Pero esto es tan obvio, como que cada rol en vivo debería de proporcionar varios de esos momentos. Si eso no ocurre, puede ser porque a uno no le sorprendan ya esas acciones, (la organización tiene que dedicar más I+D en ese tipo de participantes veteranos y también estos indicar su insensibilidad respecto a ciertas escenas) o porque la organización en general no ha pensado mucho en ello, se ha limitado a repetir el cliché de siempre..
    Aunque a veces tal como dices, por el estado de salud, por el grupo con el que estes interpretando (que sean tus amigos de toda la vida y te cueste meterte mas en el pj), porque venga predispuesto con una actitud negativa o un mal estado de ánimo.. o simplemente el cansancio de no dormir en tu casa, la paliza del viaje.. he de reconocer que me ha pasado esto del cansancio y me ha arruinado experiencias en las que tenía que haber estado más activo interpretando.. tanto de organizador, como de pj...

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  6. Me gustaría señalar, con la costumbre de promover todo tipo de opciones que un rol en vivo no tiene por qué proporcionar esos momentos inmersivos. Sin ir más lejos, la gracia de un rol en vivo puede residir desde un entorno puramente humorístico con coñas del estilo de que "se rían de la cuarta pared" lo cual no me encaja con el concepto de inmersivo hasta algo cercano a un juego de comité o integrado con algún subsistema estratégico, donde en según qué contextos y por buena que sea la simulación puede no sentirse esa inmersión.

    Pueden gustar más o menos, pero son opciones válidas que tienen sus seguidores.

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