Imagen de la sirena varada, tomada por Herman Langland |
¡Qué gran vivo! Hace años, esto bastaba como juicio crítico hacia un rol en vivo en España. También teníamos el temido ¡Vaya una mierda! Una gran variedad, como puede verse.
Ahora estas expresiones resultan un obstáculo para discutir cualquier aspecto o elemento de un evento. Para que pueda desarrollarse y los conocimientos puedan comunicarse, la experiencia subjetiva o el gusto personal no pueden servir más tiempo como criterios fundamentales para hablar de un rol en vivo. No bastan desde hace ya tiempo fuera de nuestro país, y no nos bastará en adelante. Aparte de la satisfacción personal, a la organización o diseñadores de un evento no les ayuda o aporta que se les diga simplemente si un rol en vivo ha sido disfrutado o no.
La raíz de muchos problemas funcionales en el rol en vivo se encuentra en el DISEÑO. Que en España no se hable más frecuentemente del diseño es un síntoma de ello. Intuimos que un evento funciona, o no, o que funciona a medias, o sólo para nosotros, o para otros, pero no tenemos medios definidos para hablar de ello. Sabemos que los gustos en el rol en vivo son, al menos, tan amplios como los del cine, que tanto se cita siendo una disciplina muy distinta. Y que no todos los eventos son iguales, al igual que no dejan de ser roles en vivo si comparten un mínimo de forma común.