En éste método se distingue la actuación de la inmersión. La actuación es la manera en la que transmites al personaje de manera externa, la inmersión es la representación interna del personaje. Un actor sólo necesita actuar, mientras que en un rol en vivo es imprescindible un alto nivel de inmersión. El método se basa en facilitar la inmersión hasta conseguir una segunda piel y, a partir de ahí, realizar una actuación lo más natural posible a través del personaje usado como filtro. Es importante centrarse en los aspectos en los que el personaje difiera de ti mismo. Con este método puedes tener un personaje preparado para ser interpretado en una hora, pero cuanto más tiempo inviertas, mejor será el resultado.
· Lectura o creación detallada. Lee atentamente la guía del personaje que la organización te haya facilitado. Si en el evento has de crear tu propio personaje, piensa en una historia, unas motivaciones y una expectativa de futuro y relaciones interpersonales con el resto de personajes del evento.
· Triángulo de la personalidad. Extrae de la guía del personaje unos tres rasgos principales de la personalidad, o si esa información no está disponible, invéntatelos. Escoge rasgos que te resulten evidentes y móntalos entre sí como una especie de triángulo, cada uno equilibrado por los otros dos. Por ejemplo, si ves que tu personaje es arisco, tosco y hedonista, piensa cómo cada uno de los rasgos afecta a los otros dos.
Una vez que tengas el triángulo de la personalidad, internalízalo. Intenta sentir cada uno de esos rasgos como parte de ti mismo, y cómo afectaría a tu forma de ver el mundo o, aún mejor, a la manera de ver el mundo del personaje según su historia y motivaciones.
· Triángulo físico. Examina tu manera de moverte y andar, tu centro de gravedad y el foco de movimiento (en una posición neutra, observa cómo tiendes a moverte y hacia qué dirección va tu peso, así como el punto de inicio de tus movimientos... el estómago, al cabeza, lo que sea) y cámbialos a los que sientas apropiados para el personaje con su personalidad, practicando unos minutos. Observa tu forma de vestir y lo que dice de ti y elige la más apropiada para el personaje, no la que por defecto te resulte más cómoda. Sé consciente de tus respuestas físicas, posturas habituales y reacciones ante estímulos y experimenta cómo varían cuando te sientes en estados de ánimo distinto.
· Triángulo de la comunicación. Explora tu voz (el ritmo, el tono, el volumen), tu respiración (profunda, superficial, la frecuencia y el ritmo) y tu forma de hablar (longitud de las frases, interjecciones y muletillas, contracciones y elipsis, términos habituales que empleas, etc.) y busca alternativas apropiadas para ellas asegurándote de que puedes mantenerlo consistentemente durante todo el evento. Observa tu gesticulación y comunicación no verbal y varíalos de manera consciente. Examina tu manera de mirar y la posición de tu cabeza en una variedad de circunstancias y experimenta con las posibilidades.
· Refinamiento. Este paso te lo puedes saltar si vas muy justo de tiempo. Prueba a agregar nuevos rasgos secundarios de la personalidad que puedan complementar el triángulo inicial, como tintes que la enriquezcan. Intenta predecir cómo el personaje respondería ante situaciones comunes y represéntalas en solitario unas pocas veces.
· Condensación. Ensaya todo el tiempo adicional que te puedas permitir. Cuando el evento comience, deja de ser tú mismo y conviértete en el personaje que has creado y no salgas fuera de personaje en ningún momento, bajo ninguna circunstancia que no sea extrema, hasta que el evento termine. Deja que el personaje se desarrolle como si estuviera vivo durante el transcurso del rol. Si te bloqueas en algún momento o sientes que te has perdido en algún punto, vuelve a los triángulos básicos y mantente en ellos.
Recuerda que un personaje no es una obra acabada hasta que no dejas de interpretarlo. La información previa es un punto de partida y las motivaciones, fobias y filias pueden variar como ocurre con las personas reales.
Este método de interpretación está basado parcialmente, con mis adiciones y variaciones, a partir de un artículo de Morgan Jarl, que puedes leer en: http://knutepunkt.laiv.org/2009/book/CreatingACharacter/ (en inglés)
En este artículo previo tienes errores que hay que evitar y consejos para el evento propiamente dicho: http://otrolaberintodeespejos.blogspot.com/2011/07/como-que-no-hay-puntos-de-vida-o.html
muy interesante
ResponderEliminarCreo que es muy importante que el triángulo físico responda a las motivaciones, pasiones y deseos del personaje, tanto a las evidentes como a las subconscientes. Por ejemplo, un vendedor de seguros con instintos asesinos podrá tener un triángulo físico adecuado a su trabajo, sonreirá mucho, mirará a los ojos, será cordial en el trato, modulara la voz cuando intenta convencer de algo pero habrá momentos en los que su lenguaje corporal responderá sutilmente a esos instintos como por ejemplo un tic en el ojo izquierdo, un apretar los dientes, etc. Estos pequeños detalles aunque sean inapreciables para el resto, ayudan a tu propia inmersión en el personaje.
ResponderEliminarEduardo
Muy buenos consejos, si señor :)Lo que si que tengo dudas es acerca de la inmersión de los actores, creo que si que es esencial que se lo crean ellos mismos. Los actores que siguen el método Stanislavski, por ejemplo... si que tiene una dosis alta de inmersión.
ResponderEliminarAunque no es lo que se diría "simple" a mí me va muy bien para interiorizar aspectos de mis personajes el tomar prestadas actitudes, gestos, maneras y sobre todo frases mientras consumo cultura.
ResponderEliminarPor ejemplo, sé que dentro de dos meses tengo un rol en vivo y conozco de manera bastante aproximada que el personaje al que interpreto es así y asá. Mientras veo una película quizá me guste un gesto, una palabra, un diálogo que realiza un actor porque va genial con mi personaje o, mientras leo un libro, una frase que le viene que ni al pelo o que él mismo diría tal y como es. No se trata de buscarlas conscientemente sino de que por sí solas vengan a ti cuando las veas, cuando las sientas. Que tu cerebro se dispare automáticamente y te diga "¡Ey, esto es parte de lo que buscas!".
Luego, las escribo (los gestos incluso los memorizo aunque también los suelo anotar) y mientras lo haces vas asumiendo poco a poco en tu fuero interno la personalidad y los rasgos que buscas.
Entonces, cuando comienza el rol en vivo, eres capaz de sumergirte mucho más. De despertar todo eso que has estado guardando y que ha ido creciendo inconscientemente aunque tú no lo creas. No se trata de recitar e interpretar exactamente lo que has "absorbido" sino de liberarlo al exterior de forma fluida y natural porque eso mismo "ha trabajado dentro de ti y no se ha quedado dormido ni estático" (palabras de una profesional del teatro a la que conozco).
Al menos a mí me funciona. Y hablo sobre todo, por la naturaleza de la técnica, de inmersionismo. Aunque también es aplicable al simulacionismo.
Me parece una buena fórmula. Creo que los métodos de interpretación son bastante personales, pero las líneas maestras son a menudo comunes.
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